Engañándome con píldoras
- Montiel

- 4 sept 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 11 nov 2020
La ansiedad es una tortura interna que tú solito provocas con situaciones que no deberían alterarte. No saben lo horrible que es conspirar contra uno mismo, el leer comentarios de tus amigos con sus amistades en redes sociales, compararte, y sentirte como estorbo todo el tiempo. La gente dice que hables pero hay veces que no quieres decir lo que sientes porque piensas que es demasiado egocentrismo, y prefieres no decir nada para no arruinar el ambiente de los demás.
Mi papá se dio cuenta que tenía un problema mental cuando tenía 14 años, jamás me lo dijo. Yo lo supe hasta que tuve 22 años. En el año 2019 se detonaron tantas cosas en mi vida que hicieron derrumbarme, y entre ellas fue mi salud mental. No lograba hacer entender a mi familia que no quería ir a un doctor porque mi propio ser y carácter no me dejaba, termine yendo ya que fue un motivo para convencer a todos, que quería mejorar no porque yo quería.
El estar enfrente de un doctor y que te empiece a hacer preguntas para saber que eres y que tienes, me resultó de lo más incómodo. Soy una persona muy fría, que creció siendo muy callada, y sin compartir nada de mi vida con los demás. Me costó mucho abrirme con la doctora, apenas y supo de mí, me preguntó sobre los intentos suicidas que tuve desde mis 16, de las drogas y vicios que ingería y algo de mi vida para saber porque era cómo tal. Trate de decirle todo con sinceridad, pero también no con tanto detalle para no parecer una loca psicopata.
Me diagnosticaron depresión y ansiedad de al menos 8 años, con origen hereditario. Me recetaron varios medicamentos y varios estudios. La verdad es que ni la hidroxicina, paroxetina o clonazepam fueron mis mejores amigas, todo el tiempo me sentía con sueño, no entendía mucho las clases de la escuela, y me la vivía en un “sueño” todos los días.
Durante un mes y medio me tome todos los medicamentos que me recetaron, muy internamente comenzaron a gustarme por la sensación que me daban día a día, quería más, y no porque me produjeran felicidad, sino por la sensación de estar drogada e ida me daba el sentimiento de estar mal y peor. Esa época el destruirme era mi primera prioridad y pues el estarse drogando sin la diversión que producen las drogas me gustaba. Internamente sabía que si daba una mala señal podían aumentar mi dosis y eso hice. Investigué sobre todo lo que ingería, la ciencia de la ansiedad, vi documentales, y me di cuenta que era el medio más conveniente para conseguir drogas. Es increíble como puedes engañar a un doctor, y se me hacía fácil decirle cosas que no sentía para que aumentara mi dosis. Esos meses estaba cursando mis últimos meses en la universidad, y yendo al servicio social, sólo recuerdo cómo escuchaba al profesor de lejos, y los mareos que tenía mientras sentía la sudoración en mi cara.
No pude continuar yendo al psiquiatra, no estaba y no sigo preparada para ir de nuevo. Los medicamentos me han ayudado, pero simplemente me hicieron sentir más triste o muy cansada. Decidí detener el medicamento porque me hacían sentir peor y el propósito por el que los estaba tomando no era nada sano. Si internamente no estás bien, el medicamento no hará nada, esa es la verdad.
Me tomó mucho tiempo convencer a mi familia que quería mejorar, pero el querer hacerlo no significaba el estar tomando pastillas e ir al psiquiatra. Durante los próximos 6 meses demostré que podía recuperarme de ciertas manías auto destructivas por mí misma. Cuando tú mismo quieres mejorar, no importa que hagas, lo vas a lograr.
Deje de consumir por un rato drogas, medicamentos y alcohol. Ya que las veces que lo hacía solo terminaba herida y lastimada físicamente. Lo primero que aprendí es que si te quieres drogar o alcoholizar, debes estar bien contigo mismo para no echar a perder el descontrol mental que puede ocasionar tales acciones. Las drogas son para divertirse, no para lastimarte.
Me arrepiento de haber ido al psiquiatra porque estaba tratando de convencerme a mí misma que quería mejorar y demostrarle a mi familia que no quería empeorar. Por este motivo no funcionó este método, porque yo no quería mejorar, solo quería demostrar un punto.
Aun tengo depresión, y ansiedad. Sigo sin entender como pequeñas cosas me hacen llorar y entrar en pánico. Trato de convencer a mi cerebro que los cambios son buenos, que ciertas acciones no son nada maliciosas, y que tendré depresión quizá toda mi vida, pero ya no se asoma tanto como antes. Regrese a los medicamentos para ver si puedo mejorar, a veces es necesario cambiar de antidepresivo a ansiolítico, el punto es que estes bien y que te sientas cómodo con el método QUE TÚ ELIJAS.
Ir al psicólogo es lo que más recomiendo antes de medicarte. Es necesario saber cual es la fuente de lo que pasa por tu cabeza, y después de eso saber como remediarlo y controlarlo. Esto no es un blog con algún consejo, pero es una experiencia con la que espero te puedas identificar o aclarar dudas.
Te dejo un blog con tips para cuando tengas un episodio de ansiedad: https://montielmjz.wixsite.com/menteabierta/post/como-sobrellevar-un-episodio-de-ansiedad







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