Citas y no de dentista.

Cuando tenía 15 años era una fantasía poder tener una cita, para mí era algo inalcanzable porque a nadie le gustaba y no tenía las ganas de invitar a alguien porque obviamente obtendría un rechazo.

Mis primeras citas supongo que fueron a mis 22, con la persona que sería mi primer novio. Yo lo invitaba casualmente a ver películas de terror o a ir a comer, obviamente había alguna atracción. Mi primer novio siempre será el hombre que me marcó mucho mis últimos recuerdos universitarios, era algo tan puro, real, y tenía toda la confianza con él. (Últimamente he pensado mucho en él y recuerdo los bonitos recuerdos que atesoro mucho.)

Las citas que tuve después fueron muy poquitas. En febrero del 2021 decidí salir con un hombre que había conocido en bumble, era amable, chistoso, inteligente y no parecía un asesino serial. Esa cita que tuve con él fue especial, recuerdo que le dije a mis amigas que fueran de incógnito para que me acompañaran. Honestamente fue una de las citas más románticas que hasta ahorita he tenido, pero no surgió nada.

Mis enfermedades mentales me hicieron ver que no soy apta para una relación o de citas. Después que lo pensé, creí que podía hacerlo, podía tener la vida normal que me merezco con todo y enfermedades…el problema era que no era el “elegido”.

Hace un año intente tener novio, pero me la pasaba distrayendome en mi mundo, olvidaba que tenía a alguien, extrañaba mi independencia emocional, mi soledad, y no estaba acostumbrada a que alguien fuera tan dulce conmigo cuando soy un cubo de hielo humano.

Desde niña me la he pasado sola, no tuve amigos, los pocos amigos que tengo son buenos pero se desvanecen, y cuando termino sola por mi cuenta es como dormir tranquila en una nube. Admito que siempre me quejo de mi soledad pero a final de cuentas quedamos ella y yo.

Me atreví a hablar de este tema porque hace como dos semanas conocí a alguien en bumble, y decidí tener una cita con esa persona. El problema comenzó a surgir cuando se acercaba el día de vernos, todo el tiempo buscaba un pretexto para cancelarle el mero día, y mi ansiedad social crecía junto con mis ganas de no querer existir.

Estuve pensando por días que era lo que yo quería. En primer lugar, la idea de tener que socializar con alguien por primera vez me empezó a poner muy incómoda, al parecer mi aumento de ansiedad y depresión arruinó mi seguridad, y en segunda no quería poner en riesgo mi soledad y tranquilidad. Estoy muy inquieta últimamente con mi vida, y no quería poner otro peso más.

De verdad algún día quiero enamorarme y ser feliz con esa persona pero, ¿es mucho pedir que sea en persona, poco a poco, y no por chat o soy muy romántica para la actualidad?