Cicatrices
- Montiel

- 4 ago 2021
- 6 Min. de lectura
Por celebración al año de Mente Abierta y del blog que le dio vida a este espacio, decidí hablar de temas relacionados y lo que ha cambiado durante el tiempo.

En el 2016 comencé a auto lesionarme, se convirtió en una costumbre hasta la fecha y aunque lo ando trabajando en terapia y en mi vida, sigue siendo algo difícil de dejar de hacer.
Aun tengo muy fresco el momento de cómo se me ocurrió hacerlo. Tuve un episodio de ansiedad, (en esos días no sabía que lo era), me puse a llorar tanto que mi rostro se puso rojo, podía escuchar un tintineo tan fuerte dentro de mi cabeza y un dolor horrible en la frente. En ese momento tenía un lapicero verde de plástico en mi mano, y lo apreté tan fuerte que lo termine rompiendo. Sentía tanta frustración y enojo, que comencé a cortar mi mano con el afilado plástico. Sentí tanta liberación que me calmé. Nunca me atreví a hacerlo con cuchillos porque me daba mucho miedo.
Muchas veces traté de fracturar mis manos golpeando objetos y paredes, pero lo único que logré fueron lesiones muy fuertes. Fue hasta mis 22, cuando comencé a cortarme con navajas y herramientas que usaba para la universidad. No tuve miedo de lastimarme con algo peor, porque ya no sentía nada. No me gusta comentar esta mala costumbre que tengo, pero me alegra reconocerlo para tratarlo cada día.

Este año ha sido muy desafiante para mí en cuanto a aprender más sobre el comportamiento humano, a amar, a reflexionar, y a respetar. Cuando termine mis estudios de educación en casa, no sabía que los siguientes años estarían llenos de dudas, descubrimientos, aprender a respetar y darme cuenta de todo lo dañada que estaba.
Comencé este blog hablando sobre mi problema de auto lesión, porque era muy joven y no veía mal ese problema, hasta que reconocí que era malo como muchas cosas que normalice en mi vida.
Tengo 24 años y nunca he tenido un novio oficial, pero sí quiero mencionar a mi ex-novio oficial porque me hizo darme de algo importante. Tuvimos que terminar nuestra relación porque yo no supe lo que era respetar el límite que me había marcado en los días que estuvimos discutiendo. Semanas después me puse a pensar sobre lo que me decía desde su perspectiva, yo le repetí varias veces que para mí era algo normal discutir y pelear de esa forma tan agresiva, hiriente, y personal; al contrario él me decía que eso no era sano y que no quería vivir con ello.
Como lo sabrán, estuve durante 19 años creyendo en un cuento de hadas llamado “religión,” y me quito la atención hacía mi vida. Sin darme cuenta hizo crecer en mí un daño interno que poco a poco me fue consumiendo. Para los nuevos lectores, les daré un rapido contexto lo que fue mi adolescencia:
Cada domingo escuchaba lo que era dar testimonio de nuestro Señor a las personas incrédulas y la manera en la que teníamos que ser ese perfil puro, inocente y dador para poder proyectar al sirviente fiel que Dios nos mandaba a ser.
El amarse a si mismo era egoísmo, la castidad era importante, la atracción sexual era arriesgada entre jóvenes, la homosexualidad era pecado absoluto, el matrimonio es un estándar para vivir plenamente, siempre debes dar la otra mejilla y decir que sí en donde pidan ayuda. Traté por muchos años de seguir el ritmo y tratar de destacar en mi propia juventud.
Lo que no sabía era que toda esta doctrina y reglas, comenzaron a hacerme una joven insegura, con miedos, con dudas, y a odiarse a sí misma por crecer, y por ser quien era.
Me encantaba ayudar en la Iglesia y alentar a otras jóvenes a seguir el camino de Dios, pero el odio hacia mi misma crecía exponencialmente. Evangelio tras evangelio aprendía a amar al prójimo, y a perdonar a los demás, pero entre semana usaba objetos afilados para auto lesionarme al pensar que mi soledad y ansiedad eran malos.

En casa viví algunos años donde todo era pensar lo que decías, y sin darme cuenta nos la vivíamos peleando continuamente. Aprendí que el herir a la persona con la que debatías lo hacía débil, y era la mejor arma para ganar una discusión. Había peleas con mi hermana donde llegamos a agredirnos físicamente, donde rompíamos cosas personales, e incluso quebramos la confianza de la otra al juzgar la vida personal que tenía. Ahora que lo veo con una perspectiva adulta, todo eso estaba mal desde raíz.
Mi adolescencia fue un constante esconder mi identidad, mis gustos, mis pensamientos, y mis sentimientos para evitar que fueran armas contra mí. Sin querer me hice experta en ocultarme, y agredir a los demás como defensa propia.
Cuando llegue a mis 20 's la vida me tuvo que señalar todo lo que estaba torcido en mí. Tuve que vivir abuso sexual para aprender a decir “NO” y no ser sumisa como pensaba que estaba bien serlo, tuve que conocer la amistad por medio de un gay para respetar a la comunidad, a decir las cosas sin miedo a ser juzgada porque me la vivía auto lesionándome y vomitando mi ansiedad. Siempre que peleo con una persona, hago lo que crecí haciendo, que es herir a las personas con palabras innecesarias. Me cuesta mucho afrontar la realidad.
Hace un año, un cristiano vino y me dijo que el amarse a sí mismo no es algo que está en el menú de la cristiandad, y fue cuando me di cuenta lo inverosímil que es la religión. Si yo hubiera aprendido a amarme desde niña, no seguiría con mi adicción a lastimarme aun en mi adultez. Si no me hubieran dicho que fuera sumisa, hubiera evitado el abuso sexual que tuve a mis 20. Si me hubieran corregido al pelear y dicho que está mal herir a otra persona, aún tendría novio. Si me hubieran dicho que era normal tener ansiedad y depresión, no hubiera llenado todo ese vacío con vicios y malas amistades.

Hace un año tuve un episodio de ansiedad muy fuerte donde mi papá y yo tuvimos una pelea física, incluso mi hermana me corrió de casa porque yo era la causante de los problemas que había en el hogar. Me sentí tan impotente de poder decir que era un episodio de ansiedad, y que me detonaba mi depresión donde solo lloró y me quiero lastimar a mí misma.
Una semana después, mi hermana critico horriblemente a las pro aborto y a la comunidad lgbtq+, subí a mi cuarto y me puse a llorar porque me sentí obligada a aceptar su opinión por ser mi hermana. Recuerdo que prendí mi laptop, y comencé a escribir toda la opinión que me hubiera gustado responderle, y fue cuando escribí el primer borrador para Mente Abierta.

Para terminar mi blog, y no dejar ningún tema fuera, quiero mencionar que ojalá pudieran sentir el coraje que siento cuando me dicen “¿no conoces a ese artista?”, “¿nunca has tenido novio?” “Pao, es que así es una relación” “no tienes amigos de la secundaria?” “es que yo tengo a mis amigos de la prepa y por eso no priorizo a los de la universidad” “¿cómo que no fuiste al cine a ver las de Harry Potter?” “Yo he tenido como 5 novias y mi relación más larga ha sido de 6 años” “¿nunca has ido a un Corona Capital?” “mi primer concierto fue a los 11” “¿por qué te pones tan nerviosa al exponer? esto lo sabemos hacer desde nuestros 13 años.”
Ese tipo de comentarios siempre me lastiman, y me quedo callada porque no quiero explicar que no tenía amigos a mis 12 años, que los amigos que tuve me abandonaron, que no tuve con quien compartir mis gustos musicales, que el noviazgo no tenía que ser mencionado, que me la vivía en conferencias y reparticiones de textos, que tenía que guardar mis dudas sobre mi cuerpo, o que jamás he tenido una relación amorosa, etc.
Las personas acostumbran a culpar a mis papás por la educación que me dieron a mí y a mi hermana, sé que mi papá se opuso a esa decisión porque le daba miedo que no tuviéramos una juventud normal, pero aun así se quiso arriesgar. Nunca podré culpar a mis papás por lo que pasé, ni por la educación que me dieron, pero puedo agradecer que me dieron una niñez hermosa.
Así como lo malo llegó a mis 20 's, lo mejor también llegó. Aprendí a decir que no, a alzar mi voz, a opinar, a confiar, a amar, a no tener miedo de amarme a mi misma, llegaron amigos, me enamoré, me equivoqué, perdone a mi familia, fui a tratar mis enfermedades mentales, me acepte, pero finalmente pude tener la mente abierta para vivir en paz.







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