oye...¿qué traes puesto? *enviar*
- Montiel
- 2 mar 2022
- 3 Min. de lectura
A los 16 descubrí mi cuerpo, comencé a desear tener cierta figura y a criticar cada centímetro de mi piel. Me cansé tanto en caerme bien que lo dejé por un tiempo. Fue hasta los 20 años que todo cambió. Notaba del todo mi cuerpo, y al menos no lo odiaba como antes, pero me la pasé encontrando defectos en todos lados y tratando de no caer en el “cliché.”

Muchas películas feministas y artistas a quienes admiro me inspiraron a amarme. Recuerdo cuando comencé a amar mi enorme y grande nariz, me sentía especial porque no me parecía como todas las chicas básicas que querían tener una nariz perfecta, pequeña y recta.
Los 22 años fueron lo mejor en mi vida, jamás me había sentido tan bella, joven y diferente. Mi piel brillaba, era más alta que el promedio y me sentí segura en mi cuerpo. No fui la única en notarlo, y de repente tenía muchas reacciones en mis stories de instagram. Me agradaba tener esa atención y provocar el deseo de personas que no me podían tener.
Logré tener una “relación” secreta, a él lo volvía loco por mi belleza, él tenía 31 años, y mi juventud me dio el poder para tenerlo tan desesperado como quisiera. Él tenía novia pero yo lo tenía amarrado con mi desnudez. Todo se fue al caño, y cortamos. Después de eso se me hizo muy fácil enviar nudes a las personas que caían en mi provocación.
Cuando me sentía sola y triste, lo primero que hacía era publicar algo en instagram para olvidar la soledad que sentía. Es muy cierto que las personas vacías buscan la atención que no tienen, puede solo ser un mensaje, pero eso te hace sentir viva.
Hice muchas cosas en el internet usando mi cuerpo, incluyendo hablando con anónimos, teniendo encuentros, o incluso vendiendo mis nudes. Me sorprendía la cantidad de dinero que te puede dar un hombre para ver tu cuerpo.

Lo peor que pude hacer fue involucrar a “amigos” en este absurdo juego. Se me hizo muy fácil comenzar a provocar a amigos que fueron mis crushes en la universidad, porque quería demostrarme a mí misma que podía conquistarlos con mi cuerpo. Lo único que logré fue que me vieran como un objeto y dejarán a un lado la etiqueta de “amiga.”
No puedo creer lo descuidada que fui, no porque esté mal enviar nudes, pero me siento muy mal por la cantidad de personas a quienes nunca les importe y tuvieron esa intimidad.
Todo cambió en noviembre del 2021, cuando tuve una noche con mi amigo con derechos. Llevamos 3 años haciéndolo y esa noche fue especial porque me la pasé tan feliz, nos la pasamos jugando, platicando, teniendo relaciones y jamás había sentido una confianza tan grande de ser tocada como con él. Esa mañana que despertamos, solo me preguntaba “¿cómo voy a conocer a alguien que tenga mi confianza como la tiene él”
Estos últimos meses he odiado mi cuerpo, me veo fea, me siento gorda, y él sólo me decía “eres hermosa, atractiva y muy sexy, no te digas eso.” Después de ese día estaba en el trabajo analizando todo lo que había sentido mi cuerpo, mi seguridad, mi comodidad y confianza…y me di cuenta de la pérdida de respeto que le tuve a mi cuerpo durante los últimos 3 años con todas esas personas que no les importa si estoy muerta.
Comencé a cortar toda la provocación que cause, detuve todas las publicaciones referentes a mi cuerpo, me empecé a dar cuenta que a nadie le importaba cuando me mandaban nudes que jamás había pedido, ni mensajes de voz que me decían todo lo que me deseaban hacer, ni siqueira me respetaban borrachos…nadie quería conocerme, solo querían verme desnuda.
¿Realmente vale la pena mandar algo tan intimo a alguien solo por un poco de atención?
Comments