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Hoy me la pasé llorando.

He odiado estas semanas. Llenas de episodios maníacos y luego con ganas de que me atropellen para pasar las festividades en el hospital. Hoy de nuevo amanecí sin ganas de salir de la cama, y me la pase viendo películas y animes para distraer mi mente, intenté interactuar con amigos pero solo terminaba llorando y fantaseando en lastimarme.


Si la soledad que siento fuera algo hermoso, sería como el mar pero más grande, pero no sé nadar y el océano me aterra. De niña conocí la soledad cuando mi primer mejor amiga se tuvo que mudar a Estados Unidos, me la pasaba llamando a mi papá porque me sentía sola. Crecí y la soledad se convirtió en algo doloroso. La gente me decía que no debía exagerar, o que todos estábamos solos, la misma estupidez que le dicen a toda la santa humanidad. Pero cuando era adolescente extrañaba esa soledad pura y que venía de la nada, porque ahora me la vivía en rechazo y me castigaban con despedidas o frases hirientes por no ser lo que esperaban.


Mi vida se convirtió en un quedar bien con las personas de mi alrededor, no porque me importe su opinión, sino para engañar a mi mente y combatir la soledad y rechazo con la apreciación de mis amigos. Los amigos más importantes de mi vida, terminaron siendo la misma basura que no creí que fueran. Somos humanos, pero cuando juegan con tu inestabilidad emocional, e incluso te hacen burla, pierden su valor como humanos.


En mi memoria, lo que más admiré en mi vida fue a mi papá. Amaba su amor a la naturaleza, el como observaba llover por horas, el amor que tenía por la belleza e incluso su pasión al contarnos cómo se formaban las nubes. Mis pesadillas desde pequeña fue su muerte, y he despertado llorando a causa de ese tipo de historia. La aceptación de mi papá siempre ha sido mi prioridad, de hecho quise estudiar para poder comprarle todo lo que quisiera, fui a la psiquiatra a la fuerza para hacerle ver que si quería mejorar. Sin embargo, mi papá criticaba mi apariencia, mis gustos, y mis opiniones por el mundo. Hace un año y medio me agredió físicamente en vez de preguntarme porqué lloraba, y aun así lo amaba.


Mi psicóloga me hizo entender que tenía que entender la frialdad de mi papá porque él había crecido sin una familia. Honestamente ya me cansé de tratar de entender a todos cuando ni siquiera me entiendo a mí. Hace dos meses, me di cuenta que la conexión que tenía con mi papá, ni siquiera existía. El darme cuenta me destruyo por dentro, porque parte de mi vida y metas se habían formado alrededor de hacer feliz a mi papá.


Pero bueno, no tienen idea de cuanto he fantaseado en lastimarme para estar en el hospital y no tener responsabilidad en nada. Estos días festivos han sido un asco, y solo sé que no quiero volver a ver a mi abuela, y pasar mis siguientes navidades sola.



No tengo ganas de darle forma a este ensayo porque no quiero ponerle orden a pensamientos que no lo tienen.


Feliz año nuevo.


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